A mano y con amor.

Trabajar solo tiene sus ventajas y desventajas. Uno extraña a sus compañeritos de laburo, pero también maneja sus tiempos como se le canta y no tiene ni necesidad de vestirse para ponerse manos a la obra. De hecho, ahora mismo estoy tipeando esto como Dios me trajo al mundo.
Una de las peores cosas del trabajo hogareño, en mi caso, es que suelo perderle cariño a mi propia casa. Lo que menos quiero al terminar la jornada es seguir estando encerrado en el mismo lugar. Encontré algunas soluciones para hacer menos miserable mi rutina: ir a jugar al fútbol, comer afuera cuando se puede, visitar gente, o a veces, a eso de las 19 horas, cuando puedo, salir a tomarme un cafecito a alguna confitería de Buenos Aires, llevando conmigo algún libro y un cuaderno para dibujar en caso de no querer leer.
Como últimamente no sabía qué hacer y necesitaba urgentemente una excusa para no continuar con los signos del zodíaco que llevan tiempo y ganas, decidí hacer una pequeña serie sobre los videojuegos de los ochentas y noventas que tanto me gustaron en su momento. En aquella época los juegos estaban puramente hechos de pixels, eran sutiles y no olían a super mega producción hollywoodense pedorra y pochoclera como ahora. A Mario y Sonic les alcanzaba con saltar y correr, no necesitaban un joystick de 23 botones, tres palancas y siete gatillos, ni litros de sangre y sonido Dolby 8.0 para divertir a la gente. Y todo a través de la magia del pixel art. Me domina el duende nostálgico que genera odio y resentimiento hacia el mundo todo, caramba.
En fin, es por eso (?) que me puse manos a la obra y con mi cuadernito y una birome hice estos simpáticos homenajes deformes y con errores de aquellos gloriosos videojuegos, cafetín de por medio. La idea era hacerlos sin referencias ni nada, como salieran y en el menor tiempo posible. Después sí, la Señora Tecnología metió sus horrendas pezuñas para colorearlos de manera algo rústica. De vez en cuando viene bien un poco de lápiz y papel y menos wacom, vió.
El que reconoce a todos los personajes se gana un GameBoy con pilas sulfatadas.